miércoles, 8 de junio de 2011

De prìncipes y princesas

A lo largo de la vida se nos van imponiendo ideales : estilos de vida, estéticos, culturales que no encuentran contexto con nuestra realidad y son causa de muchas frustraciones.
A cada edad difiere el ideal y ese motivo de frutración, por más ridículo que resulte, ese ideal orbita en nuestras mentes como un objetivo a llegar, y nos conduce a una abierta disconformidad con lo que somos o podríamos ser.
En los inicios de nuestra escritura, cuando comenzamos a esbozar los primeros “garabatos controlados”, ya se producen estos desfasajes: dibujamos una casita y le ponemos chimenea, verde alrededor, un caminito, muchos árboles y piedritas decorativas en el caminito... ¿De dónde sacamos que nuestra casa está en el prado rodeada de árboles y con una chimenea que libera humo?
Las mujeres fantaseamos con que somos “princesas”, en un país donde no hay monarquía, aquí no se lleva corona ni se cree en el linaje real, pero el deseo de ser princesas muchas veces predomina entre las niñas, y no tan niñas.
De la historia de la princesa también se refuerzan algunos sesgos de machismo e imposiciones para con los varones que si lo pensamos dos veces querríamos erradicar: el príncipe azul no tiene que hacer gran cosa,  no importa quién es, si nos gusta o no, si se ajusta a nuestra forma, con llegar y besarnos nos “rescata” de la malvada que obvio es fea, mala y gorda.
Cuando aparecen cuestiones relacionadas con el peso, es común,  que  más que la incomodidad fìsica o el interés en estar sanos, las personas se debatan en la “verguenza” de no ser la princesa de la casa en la pradera o el príncipe gallardo y valiente que con su sola presencia conquista a la mujer que quiere.
Como partimos de objetivos inalcanzables las búsquedas son erradas. Cuando ahondamos en los motivos por los cuales sería favorable elegir una forma de nutrirse saludable y adecuada, aparece este desacople,  porque se “compran” fórmulas que no atienden a lo que cada uno necesita: qué comidas necesito comer, en qué horarios sería más conveniente que lo haga y en qué cantidades.
De allí que muchas veces se incurra en dietas absurdas, excesivamente bajas en calorías, o ausentes de calorías o con propuestas que desde el nombre ya nos indican el grado de inadecuación a nosotros: “la dieta del astronauta”.
Una propuesta saludable parte de la aceptación de quién soy, de conocerme y elegir mi traje (puede que sea el de princesa, pero también puede que me guste el de oficinista, jardinera, médica, ama de casa o mecánico).
Los ideales de una sociedad no tienen por qué ser una lejana zanahoria a la que muy pocos tienen acceso.
Si mi casa es pequeña, mis opciones de mejorar mi habitat serán agregar estantes, quitar muebles  o regalar cosas porque no tengo espacio, si lo único que se me representa como opción es tener el palacio, sólo voy a sentirme frustrada.
Esto es lo mismo que hay que encontrar en los planes nutricionales: que se adapten a mis necesidades, a mis gustos, a mis hábitos, a mis horarios, a mi actividad. Si buscamos saciar nuestro hambre con ensalada de lechuga, ciertamente nos frustraremos.
Es necesario ver lo perjuidicial de estas imposiciones para salir del cuadro  de “paciente eterno”, la distancia entre lo real y lo ideal se achica cuando construimos ideales propios sustentados en nuestros verdaderos deseos y no en base a ideales ficticios o prefabricados, frente a ellos es tan grande la brecha que nunca nos logramos sentir “satisfechos”. Esto produce que el hambre sea cada vez  sea más voraz y los resultados temporarios e insostenibles porque me son ajenos.
Ha sido una fortuna que en estas tierras se haya desterrado la monarquía. ¡¿A quién se le ocurre seguir reivindicando príncipes y princesas?!


4 comentarios:

  1. hola vanina!cómo estás? hace muy poco conocí tu blog, gracias a una amiga.. la verdad es muy lindo leerte.
    hoy, al abrir mi msn,donde aparecen las noticias del día, había un consejo que decía ponente en forma para conseguir pareja..cuantas exigencias !! cuantos ideales de belleza se nos imponen ..realmente al leer tu artículo, sentí un gran alivio..
    muchisimas gracias ! tu nueva lectora, naty, beso enorme!

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  2. Gracias Nati! Tenemos que aliviarnos un poco y a nuestra descendencia, empezando por sincerarnos y aceptarnos. Gracias y sigamos aprendiendo!

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  3. ME ENCANTO!!! BESOS MARIANA

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  4. Gracias Mariana! Me alegra que te haya gustado!

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