martes, 10 de mayo de 2011

Los sabores y las compulsiones

En algún sabor todos flaqueamos, y nos enciende un fuego como bucal, al acecho de conseguir ese alimento. Hay algo que revivimos una y otra vez, cada vez que, compulsiva mente deseamos un alimento. La pregunta es: ¿ qué? ¿ qué sostenemos? ¿Que nos comemos?

Sincerar esto puede tener tantas respuestas como personas, pero el conocimiento de algunas similitudes puede abrirnos una puerta a este viaje interior


Empecemos conociendo un poco màs sobre los alimentos y sus sabores::

DULCE: Incrementa los tejidso, nutre al organismo, alivia el apetito
 -Leche, granos, cereales, raìces, vegetales y frutas-

PICANTE: Estimula el apetito y conserva el metaboñlismo y el equilibrio de las secreciones corporales.
- Jenjibre, coles, mostaza, ajo, tomates y pimienta-

SALADO: Ayuda a limpiar los tejidos corporales y activa la digestiòn 
-Tomates, pepinos, sal, algas marinas,vegetales con alto contenido en agua-

ÀCIDO: Colabora con la digestiòn y eliminaciòn de deshechos corporales
- Frutas, alimentos fermentados, salsa de soja, piclkles, vinagre, àcidos orgànicos-

AMARGO:Desintoxica la sangre, controla enfermedades de piel y tonifica los òrganos
-Medicamentos alcaloides, aloe, rùcula, achicoria, cùrcuma, bardana, diente de leòn-

ASTRINGENTE: Reduce las secreciones corporales.
: Legumbres secas y tès.

Todos los sabores son necesarios, el problema se presenta cuando el deseo es compulsivo.
Cuando tenemos un deseo imparable de consumir ciertos productos, algo nos està indicando y a “algo” estamos alimentando.
Como lo que comemos tiene que ver con lo que pensamos, se sostienen “pensamientos” y “sensaciones”, dados por los alimentos que seleccionamos ò compulsivamente atraconamos, esto es un poco lo que nos trae cada uno, asì podemos analizar que conductas estamos alimentando:

-El sabor  dule se asocia con el deseo y la gratificaciòn.
- El àcido con la envidia
- El salado con la avidez
- El amargo con el dolor y la frustraciòn
- El picante con el enojo
- El astringente con el miedo


Ahora bien, conociendo las caracterìsticas favorables y las desfavorables podemos hacernos algunas preguntas:
SI mi compulsiòn es por lo dulce ¿ Por què quiero ò necesito gratificarme, quiero evadir algo sintiendo placer? Si  enfrento  aquello de lo que me quiero evadir, seguro encuentre nuevas herramientas
Si prefiero lo salado compulsivamente: ¿ De què estoy àvida? Si lo concientizo y canalizo, seguramente surja una nueva fuente de creatividad que està siendo opacada por la compulsiòn
Si solo quiero àcido:  ¿Estoy envidiosa de algo, què siento que otros tienen y yo no? Si registro mi potencial y lo "potencio", dificilmente sienta envidia
Si me inclino mucho por lo picante: ¿Estoy enojada, conmigo, con la vida, con alguien? Si expreso y canalizo el enojo salgo del estancamiento
Si solo quiero sabor astringente ¿ Què temo? Que me darìa confianza para avananzar?

Ponerlo en conciencia y darle palabras es un primer paso de dejar de “alimentar” aquellas cosas que ya no necesitamos màs y podemos mejorar con nuevas  elecciones. Demos el primer paso en este nuevo camino para liberarnos de viejas ataduras mentales!!!

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