Los que
trabajamos varias horas, o que estamos fuera de casa, por diversos motivos
bastante tiempo, sentimos al llegar una alta necesidad de comer, y por un
extraño motivo, llegamos en un estado de
insaciedad que pareciera que nada lo calma…
Recopilando algunos relatos las coincidencias son, que, la llegada después de un día de trabajo de muchas horas, o haber sentido mucha exigencia en el trabajo , o mucha exigencia en la casa al volver, o en algunos casos, por ser de ese tipo de actividades donde entramos como en “otra frecuencia” , como en estados de trance, sea por el arte, la actividad física intensa o ser terapetas, parece que llegar de ahí a nuestra casa es como “estrellarnos”, el aprendizaje es forozoso, y la comida parece ser lo único que necesitamos
De ahí surgió,
entre varios relatos , la idea de “pensar”, estrategias posibles de aterrizaje,
que si en vez de seguir con inercia esa
rutina, podríamos llegar con otra calma,
ergo, otra voracidad,
Las ideas que
fueron surgiedo son:
-Hacer algo de camino a casa…como ir caminando
o respirando en el viaje.
-Llegar y darnos una ducha de agua caliente
antes q nada
- Regar las plantas
-Caminar descalzos
- Hacer algún
ejercicio que conozcamos de tai chi o yoga o chikun..
- Poner una
actividad física (de las que tenemos pendiente) en ese horario, de camino a
casa
El punto es no
agregarnos más cosas a la rutina exigida, si no
cerrar bien el día, haciendo una bajada conciente y no estrepitosa, el
contacto con la tierra, el agua y la respiración hasta ahora mostraron ser de
grandes ayudas…
Solo una sugerencia,
para que aterrizar sin estrellarnos!