A la hora de hacer una prescripción nutricional:
- ü Empezamos por contar qué nos dice la biografía del cuerpo, lo historizamos.
- ü Reformulamos los platos de comida.
- ü Analizamos: asociamos y vemos todo lo que es propio, y que nos llevamos puesto a la mesa a la hora de comer. (Esos “hábitos” que se nos presentan como “un destino”, son una forma de vida que no sólo se relaciona con lo alimentario.)
- ü Definimos: objetivos a corto plazo. Semanales, quincenales... y
- ü Redefinimos “diálogos internos”, pensamos acciones, nuevas elecciones, actitudes diferentes, que acompañen un proceso de cambio.
- ü Nos sinceramos: ¿cuanto realmente queremos cambiar y estamos dispuestos a nodificar? (No forzamos: trabajamos sobre lo real.)
- ü Esclarecemos: algún concepto que ya caducó y no está colaborando con la causa.
- ü Revelamos: qué se esconde detrás de esa dificultad que se trajo en la entrevista inicial.
- ü Ordenamos: establecemos metas y prioridades.
El próximo encuentro:
- ü Revisamos, qué sirvió y qué no, cuándo será el siguiente encuentro... cómo seguimos.
- ü Acordamos. Tomamos nota.
- ü Leemos. A veces sobre nutrición, depuración, Bach, zen, una revista.... (A veces, copiamos una frase para tenerla presente.)
- ü Meditamos. Ponemos en palabras los beneficios del cambio y de asumir la responsabilidad.
- ü Intercambiamos testimonios.
Todo eso nos conduce a establecer algunas pautas de cómo hacer un cambio en la forma de nutrirnos.
Estas son las cosas se “prescriben” en una consulta nutricional.
Yo siempre agradezco los encuentros y sigo revisando el rol del nutricionista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario